La clase de fuego C representa los incendios que pueden desarrollarse en presencia de una fuga de butano, propano, metano, G.P.L., hidrógeno, acetileno.
Por naturaleza, el gas no tiene forma, volumen ni superficie, por lo que los gases inflamables en el aire son muy peligrosos: tienen una alta probabilidad de propagación de la llama y el riesgo de provocar una explosión es elevado.
Por lo tanto, cuando se actúa en este tipo de incendios, es necesario ante todo intentar bloquear el escape de gas obstruyendo su flujo (mediante la válvula o cerrando cualquier fuga); dada la complejidad de la operación, puede ser necesario esperar a que acudan al rescate las autoridades competentes o empleados con conocimientos de gestión de emergencias.
En este caso, no existe ninguna prueba según las normas vigentes para determinar la idoneidad del extintor u otro equipo para esta clase de fuego específica, sino que sólo es posible indicar la clase C para los extintores de polvo que hayan superado al menos la prueba exigida para la clase de fuego B.
Si se enfrenta a un incendio de clase C, puede utilizar agua, ya sea un chorro fraccionado o un chorro nebulizado, para enfriar las mangueras o las bombonas de gas; en cuanto a los extintores, puede utilizar extintores de polvo (si tienen la certificación adecuada) y extintores de CO2.
En este caso, la acción extintora se basa en el principio de separar el material combustible del aire.