Hay que actuar en cuanto se inicie el fuego y gradualmente sobre la batería, preferiblemente con agentes extintores que permitan que las celdas se enfríen. La seguridad de los ocupantes de los locales y de las personas implicadas en el incendio es siempre primordial. En presencia de gases procedentes de la batería y de humo en un espacio confinado, se debe llevar un equipo de protección respiratoria si no es posible salir del local.
En el caso de las pilas con carcasa de plástico, no sólo existe un riesgo térmico, como con todas las pilas, sino también astillas de la carcasa que contiene las pilas, lo que puede suponer un alto riesgo.
En la actualidad no existen directrices de prevención de incendios para el almacenamiento de pilas grandes, posiblemente muy potentes, o de muchas pilas pequeñas en numerosas unidades de embalaje, por lo que los conceptos de protección contra incendios deben desarrollarse caso por caso. Especialmente en la lucha contra los incendios de baterías de litio, es importante evitar las reacciones en cadena en las celdas individuales y contener el fuego rápida y eficazmente desde una distancia segura directamente sobre la batería en llamas o permitir una combustión controlada.
Los agentes extintores a base de agua aplicados mediante un chorro de pulverización han demostrado ser el medio preferido para conseguirlo. Gracias al efecto refrigerante del agua, impiden eficazmente que el fuego se propague a las celdas de la batería que aún no han alcanzado la temperatura crítica de ignición. También se ralentiza el desbocamiento térmico que se produce en el interior de una célula. Los extintores a base de agua también suelen ser adecuados para combatir incendios en los alrededores. Los extintores Emme con estas características son seguros y están certificados conforme a las normas EN 3 y EN 1866. Gracias a las pruebas voluntarias, los extintores EN 3 son capaces de combatir incendios de baterías de litio de hasta 750 Wh, y los EN 1866 de hasta 5,1 kWh. (datos a fecha de publicación de marzo de 2023).
Otros agentes extintores como la arena, el polvo metálico o sustancias similares sólo son adecuados como agentes extintores hasta cierto punto, ya que sólo cubren el foco del incendio. Por tanto, el efecto de cobertura favorece el desbordamiento térmico. Cuando se retira la cubierta, el suministro repentino de oxígeno al fuego aún caliente puede provocar una fuerte deflagración. Por tanto, estos "agentes extintores" tienen más probabilidades de proteger el medio ambiente. El CO2 y el nitrógeno sólo tienen un efecto refrigerante muy breve y débil, por lo que no son realmente adecuados.